CIRCULAR A BAJAS REVOLUCIONES, ¿MENOR CONSUMO, MAYORES AVERIAS?

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 Debido al encarecimiento de los carburantes en los últimos años, cada vez es más común practicar la conducción eficiente, para minimizar el consumo de combustible y así poder ahorrar en carburante, pero…¿esta conducción puede traer alguna consecuencia negativa en la mecánica de nuestro vehículo?

¿Circular con el motor a bajas revoluciones?

Lo más importante es conocer bien el funcionamiento de tu coche y entender como se entrega la potencia del motor a las ruedas y la importancia del par motor en nuestro vehículo

Los motores de gasolina atmosféricos suelen pecar de tener poca potencia en bajas revoluciones. Podemos circular con ellos en primera o segunda por debajo de las 2.000rpm sin problemas, pero no es nada recomendable exigir rendimiento por debajo de ese régimen. Eso quiere decir, que si el coche no reacciona al hundir el pedal, la mejor idea será bajar una marcha. En motores gasolina con turbo, este efecto se me mitigado por la sobrealimentación, pero la lubricación del turbo a bajas revoluciones no es tan efectiva como en otros rangos.

En cambio, los motores diésel se encuentran más cómodos circulando en un régimen entre las 1.500 y 2.500 rpm, pero eso no quiere decir que sea bueno ir siempre en ese rango o sea malo pasar de él.

La regla de oro para cuidar tu motor es que si pisas más de la mitad del pedal y el coche no se mueve, baja un marcha. ¡Siempre!

¿Qué avería podemos tener si circulamos a bajas revoluciones?

Hay varios componentes del vehículo que sufren mientras se circula con el motor a bajas revoluciones. Las bielas, los pistones, los cilindros, la válvula EGR, la caja de cambios o el filtro antipartículas (DPF) son los que más sufren en este tipo de conducción.

El sobreesfuerzo que conlleva exigir potencia al conducir a bajas revoluciones produce un desgaste forzado en las piezas que hemos mencionado. Es muy probable que te haya pasado que mientras circulas, has pisado el pedal más de la cuenta y has notado que el coche no se mueve o comienza a vibrar. Ese síntoma te está avisando que el motor no está en su zona óptima de potencia y par y es mejor que bajemos una marcha para que se encuentre cómodo. Al pisar el pedal, inyectamos mayor cantidad de combustible a la cámara de combustión y la centralita se encargará de gestionarla de una manera un poco forzada, haciendo que el consumo también aumente.

Hay que quitarse el miedo a subir revoluciones a un motor. Los ingenieros encargados de su desarrollo determinaron una zona roja donde se produce el corte de inyección. El resto de revoluciones hasta llegar, se considera zona segura. La mayoría de vehículos gasolina entregan su potencia entre las 5.000 y las 7.000 rpm, es decir, que si tienes un 1.4 litros de 150cv que entrega la potencia a 5.500 rpm, significa que antes de llegar a esa cifra no está dando esos 150 cv que presumes tener. Repetimos, no por subir de revoluciones al motor, será esto más dañino. Eso sí, siempre con el aceite y refrigerante en su temperatura correcta.

 

En los coches diésel es muy frecuente que se produzca una avería en la válvula EGR o en el filtro antipartículas ya que se llenan de carbonilla y no pueden hacer bien la regeneración de gases. Para ello, es recomendable subir de vueltas el motor para alcanzar mayor temperatura y quemar esas impurezas.

¿En resumen…?

  • Debemos circular sin exigir potencia a bajas revoluciones.
  • NUNCA debemos circular exigiendo potencia a bajas revoluciones.
  • Cuando circulamos a bajas revoluciones y notamos que necesitamos más potencia SIEMPRE debemos reducir de marca para que se entregue la correcta potencia.
  • Circular a bajas revoluciones NO significa necesariamente ahorrar en combustible, en cambio si puede afectar a futuras averías en nuestro coche.